Japón se prepara para un megaterremoto en la fosa de Nankai tras 80 años de alerta
Japón se prepara para el temido megaterremoto en la fosa de Nankai. La probabilidad de que el gran seísmo ocurra alcanza un preocupante 82% en los próximos 30 años, según los últimos estudios. Japón intensifica sus preparativos frente a un desastre potencial.
EL MEGATERREMOTO QUE PODRÍA CAMBIAR TODO
Japón, conocido por su constante actividad sísmica debido a su ubicación tectónica, enfrenta la amenaza inminente de un megaterremoto en la fosa de Nankai. Con más de 1.500 terremotos registrados anualmente en el país, este escenario no es solo una posibilidad, sino una certeza científica.
Un panel de expertos ha advertido que este evento sísmico, con una magnitud estimada de 8 o 9, sería devastador. Las consecuencias incluirían tsunamis de hasta 30 metros de altura, destrucción masiva a lo largo de cientos de kilómetros, daños económicos valorados en miles de millones de dólares y la pérdida de cientos de miles de vidas.
LA FOSA DE NANKAI: UNA BOMBA DE TIEMPO SÍSMICA
La última vez que ocurrió un terremoto de esta magnitud en la fosa de Nankai fue hace 79 años. Desde entonces, la probabilidad de un nuevo evento ha aumentado un 1% cada año. Los expertos predicen que en las próximas tres décadas, la probabilidad de que el megaterremoto ocurra alcanzará el 82%.
La fosa de Nankai, situada frente a la costa occidental de Japón en el océano Pacífico, es un punto crítico donde se encuentran dos placas tectónicas. Esta ubicación geológica ha sido históricamente el epicentro de terremotos masivos.
PREPARATIVOS Y RECUERDOS DEL PASADO
En agosto de 2024, un terremoto de magnitud 7,1 en la misma fosa activó el sistema de alerta temprana introducido en Japón tras el desastre de 2011. Este sistema permitió advertir a la población, pero también generó pánico entre los ciudadanos, quienes acudieron en masa a los supermercados para abastecerse de víveres.
Japón, consciente del riesgo, ha intensificado sus medidas de preparación, que incluyen simulacros, sistemas de alerta avanzada y la construcción de infraestructuras resistentes. Sin embargo, el país también enfrenta el desafío de evitar el pánico mientras promueve una preparación adecuada.
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